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CINCUENTA a ñ o s üe v i d a Novenas............................................................... 4 Triduos .............................................................. 3 Cuaresmas completas ................................... lü Semanas S a n ta s............................................. 5 Conferencias científicas .............................. 6 Sermones sueltos.............................................. 218 La Orden Tercera existía en Híjar desde muy antiguo. Ai tomarla los capuchinos bajo su dirección hubo disgustos con el clero secular, pe­ ro todo se arregló pacíficamente. En 3918 pareció próxima realidad el establecimiento de los Capu­ chinos dentro de la villa. Pusieron sus ojos en la iglesia de San Blas; el clero no parecía oponerse; también parecía agradar la idea al Ayun­ tamiento, pero habían de instalar allí un centro de enseñanza. Pos­ teriormente se trató de nuevo de tomar esta iglesia, pero siempre con resultado negativo. Asunto de mayor importancia fué el proyecto de una Escuela Se­ ráfica para Aragón. Los superiores provinciales sentían, como es na­ tural, la responsabilidad de cultivar vocaciones a la Orden en el te­ rritorio de la antigua Provincia de Aragón, tan floreciente; y pareció que el medio mejor era establecer un seminario seráfico en Híjar, don­ de la situación del convento ofrecía condiciones muy apropiadas. En 1921 se dió como cosa hecha la realización de este proyecto; la Hoja Parroquial de Híjar del 2 de enero de ese año anunciaba con alborozo el comienzo de las obras para la Escuela Seráfica de los capuchinos. Pero la Escuela Seráfica no se implantó. En su lugar los Padres establecieron una escuela de niños y una escuela nocturna para muchachos. Ambas duraron hasta 1928. En este año volvió a removerse el asunto de la Escuela Seráfica, pero tampoco se llevó adelante, no obstante estar el edificio preparado. También se lanzó la idea de establecer una casa de ejercicios. En este tiempo corría por cuenta de los capuchinos la capellanía de la ermita de nuestra Señora del Carmen. Triste destino del convento. De la población de Híjar nada tenían que temer los capuchinos, ya que nunca desmintió su profunda religiosidad y el afecto sincero que siempre profesó a nuestro hábito. Eran poco numerosos los ele­ mentos peligrosos. Esto se vió bien patente en los primeros años de la República, en que la tranquilidad fué absoluta. Pero las cosas cambiaron al caer la villa bajo el dominio de las milicias rojas, en los últimos días de julio de 1936. Seguimos en estos hechos la minuciosa relación escrita en abril de 1937 por nuestro buen amigo hijarano don Luis Monzón. Formaban entonces la comunidad de Híjar los siguientes religiosos:

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