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CINCUENTA AÑOS DE VIDA fi3 los capuchinos, se abriera nuevamente al culto la pequeña iglesia; pe­ ro como ésta había sufrido grandes desperfectos durante la exclaustra­ ción, fué necesario hacer en ella algunas reparaciones. Para aliviar los gastos, el señor Obispo quiso contribuir con mil pesetas, que se negó a aceptar el P. Lucio. La iglesia del convento estaba dedicada a San Bar­ tolomé y todos los años, en la fiesta del Apóstol, subían tres Padres a Rocaforte para cantar la Misa y predicar el panegírico. En 1917 se dejó de subir a causa de algunas dificultades que se ofrecieron y a los pocos días, por disposición del señor Obispo, fueron entregadas las lla­ ves al señor párroco de Rocaforte.