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56 P. AJ'-TI'QNIO DE ALCAC:CR los indios llaman "ishbana". La madera no es recta si::a basu:nte CUlT.",; su foc:·:e tensi,ín e$ mantenicb por el bejuco o b pita. Son us:1c:os para disparar arpones . Para que las flechas senn eficientes deben ser to– talmente rectas, lo cual supone cierta técnica en la ela– boración ele las mismas. Para ello el motilón, luego de haber preparado y afilado la macana, la inserta en la caña que antes habfa sido secada . Une ambas partes con hilo y procede a comprobar su perfección. Se co– loca fo flecha frente a su ojo derecho y si advierte al– guna curvatura, introduce unos instantes la macana en el fuego, se la pasa después transversalmente a la boca y la va prensando con los dientes. Nuevamente revisa y compmeba su rectificación, y así, una y otra vez, hasta alcanzar la máxima perfección. La elaboración del hilo supone también cierta téc– nica. Sentado pacientemente el motilón en el suelo, reune y retuerce los filamentos de pita con los dedos pulgar e índice de la derecha . Luego, cuando el hilo ha alcanzado cierta longitud, sujeta un extremo en el dedo gordo del pie derecho, el otro extremo lo sostiene con la mano izquierda, a tiempo que con la derecha va envolviendo más y más filamentos, hasta obtener el grosor y la tensión apetecidas. Otí'os instrumentos. Hasta no hace mucho los mo– tilones usaban hachas de piedra destinadas a diversos usos: cortar, goipear, triturar. . . objetos varios . Hoy día. con la introducción de cuchillos y machetes, ha desaparecido tal instrumento primitiyo . En 1772 los misioneros capuchinos y los exploradores civiles pu– dieron observar algunos en varios bohíos. Igualmente están a punto de desaparecer las espá– tulas grandes, usadas para cavar, sembrar y recolectar distintos productos. Constan de una parte superior re-

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