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46 P. ANTONIO DE ALCACER La droga más común entre los motilones es la ca– raña o resina del árbol del mismo nombre. La apli– can a las heridas y encima colocan un tizón, con el objeto de derretirla y al tiempo desinfectar el mal. Des– pués aplican una tira de corteza de árbol con la que lo sujetan todo. Además de la hoja de tabaco ( "dora cáchira" en su idioma) y que, como acabamos de ver, la emplean pa– ra los catarros como ungüento, hacen uso de otras hojas, que ellos simplemente llaman "dora", de una mata de la misma familia, y que les sirve de remedio casi uni– versal, aunque en realidad sus propiedades terapéuticas son exiguas. Cargan constantemente la picadura de esas hojas en un calabacín ( "doxa") y hacen uso ele la mis– ma en cualquier emergencia. En 1666, luego de una refriega entre más de sesenta motilones con algunos blancos , al huír aquellos, dejaron regados varios obje– tos, entre ellos "un mojote de fabaco molido ver– de"- ( 32 ). TEJIDOS Y MANUFACTURAS Cordeles. El motilón usa dos clases de cordeles, uno de pita para las flechas, y otro de algodón, para ela– borar sus telas . El algodón lo extraen de matas rudimentarias que cultivan junto a sus bohíos. El algodón en rama, luego de lavado y seco, lo retuercen cuidadosamente con los dedos y lo van colocando en sencillos husos de macana, en cuya parte 111ferior hay un volante de hueso, unas veces redondo y otras, cuadrado. Del huso lo pasan a madejas, para luego devolverlo en ocasiones a las lan– zaderas, que servirán en los telares para la elaboración de sus tejidos. (32) A.N.C., Caciques e Indios, t. 4, f. 872 ss.
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