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44 P. ANTONIO DS ALCACER de causar algunos estragos en varias haciendas . I gual– mente hallaron en el sitio en donde los indios habían pasado la noche "bollos de yuca" ( 30). Cuando han de correr forzosamente grandes distan– cias ininterrumpidamente, para calmar el hambre mas– tican las hojas picantes de una mata, que los motilo– nes conocen con el nombre de "ishiranki". En febrero de 1768, luego del ataque del que antes hicimos men– ción, varios vecinos del valle de Cúcuta petsiguieron a los motilones "durante tres días continuos basta el otro lado ele la Gnta, reconociendo que desde el día que hicieron la avería no hicieron ( los motilones) ranchería alguna , prosiguiendo su fuga sin soplar candela , man– teniéndose solo con cogollos de una hoja que llaman arreviatadera" ( 1 . e . ) . Los motilones solo tienen una comida principal, la de la noche, en la cual se comen cuanto han cazado o pescado . Solo guardan un poco para la mañana siguien– te. A través del día poco es lo que comen, a veces algu– no que otro plátano . De ordinario entretienen el ham– bre con el "ishiranki", bojas de una planta de la fami– lia piperácea (Lasser), que al tiempo que son picantes producen en la mucosa un efecto vasodilatador y amor– tiguador, similar al de la cocaína. Cada familia posee dentro clel bohío su propio fo– gón, en el que cocina los alimentos . El fuego se suele mantener preadido. Para producirlo usan el primitivo sistema de barreno o frotamiento. Toman dos palos se– cos y porosos, colocan uno sobre otro, y con una verti– ginosidad sorprendente, le imprimen un movimiento gi– ratorio constante hasta lograr fo bras:1. Obtenida ésta, prenden cortezas de árbol resinoso, secadas con anterio– ridad, y con ellas transportan la llama a los distintos fogones. Acostumbran mantenerlos prendidos toda la (30) A.N.C., Miscelánea de Empleados Públicos, t. 14, f. 998 ss.

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