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42 P. ANTONIO DE ALCACER algunos de dichos productos ( otros brotan espontánea– mente), no se preocupan de su cultivo y sí solo de la recolección de sus frutos, llegado el momento opor– tuno. ALIMENTACION El alimento fundamental para los motilones es el pescado, más que la carne. Hecha la correspondiente la– bor para su adquisición, según ya vimos, hierven el pes– cado en ollas rudimentarias, que hasta no hace mucho eran de barro, sin agregarle condimento alguno y luego comen cuanto el estómago les pide y permite. Si sobra algo, lo guardan para la mañana siguiente. La carne ocupa el segundo renglón en Ja comida motilona. Cuando han logrado cazar algo, motivo de especial regocijo para toda la familia, lo ponen en una olla o simP.lemente encima de las brasas, casi sin prepa– rar, apenas habiéndole extirpado las vísceras. Luego de asada la carne, la reparten equitativamente entre los miembros de la familia o de las fami1ias, si han sido varias las que han contribuído a la caza, pero con cierta precaución, a saber, procurando no dar a las mujeres ciertas partes de la presa, por ejemplo, los muslos, la pechuga o el lomo, que son para el varón . Este, por otro lado, nunca comerá el hígado, el corazón, los r_iño– nes o cualquier otra clase de menudencias. De ordinario se comen todo cuanto han caz_ado o pescado; solo cuando no pueden más, guardan algo para el día siguiente. Su pan son la yuca y el plátano, aquella hervida y éste crudo o asado. Antiguamente seguían el siguiente procedimiento en la preparación de sus comidas: "Todo animal cuadrú– pedo lo ahuman y para comerlo lo lavan, ya sea pri-

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