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34 P. ANTONIO DE ALCACER al azar, sino de conformidad con una serie de princi– pios de la naturaleza humana, que se llaman postula– dos existenciales, y también en consonancia con las normas fundadas en suposiciones profundas acera' de lo que se debe hacer y evitar, que son los postulados normativos. No en todas las culturas aparecen con claridad es– tos postulados de comportamiento. Es más, en algu– nas poco conocidas o ya b::ijo el influjo de elementos culturales foráneos son muy difíciles de hallar, lo cual no quiere decir que no los posean o que no los hayan tenido. Es labor dei antropólogo el dar con ellos. Por otro lado, ¿ están estos postulados de tal for– ma unidos que constituyan una unidad mtegral, domi– nada por un principio sumativo e.entra!? Así lo cree Ruth Benedict y lo trata de demostrar en su clásico libro "Patterns of Culture". Otros, y quizá con más ra~ón, no adn:üten esto tan fácilmente. Opinan que tal verificación en una cultura dada es más bien excep– cional. Lo normal para ellos ·es que en toda cultura aparezcan varios de estos principios no necesariamente unidos entre sí. Así opina Monis Opler, quien juzga que una cultura puede organizarse mejor en torno a varios principios sumativos, llamados temas . Un tema para él es "un postulado o posición, declarada o im– plícita, que usualmente controla el comportamiento o estimub la actividad, y que es tácitamente aprobada o abiertamente promovida en una sociedad" ( 25g). * * * Luego de estos considerandos generales, oportu– nos y quizá indispensables para penetrar en la cultura motilona, es conveniente que nos adentremos en ella (25g) Sorne recently developed concepts relating to Culture, Southwes– tern Journal of Anthopology, 4, 107-22 (1958), p. 111. Citado por R. L. Beals y H. Hoijer, en "Introducción a la Antro¡w– logfa", p. 233.
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