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28 P. ANTONIO DE ALCACER El color de la piel es castaño oscuro. A veces apa– rece más oscura de lo que en realidad es por falta de higiene. Cráneo braqmcéfalo. Pómulos salientes, proyecta– dos lateral y frontalmente, cubiertos de espesa capa de grasa. Ojos oscuros, vivos, penetrantes, con la abertura derecha un tanto ladeada hacia arriba; párpados grue– sos; pliegue mongoloide. Nariz platirrina: ancha y achatada, con las aletas bastante abiertas; vista de perfil es recta y algo pun– tiaguda. Mentón agudo. Labios membranosos, finos, de escasa eversión, de color castaño. Orejas pequeñas, cop el lóbulo poco desarrollado y su hélice muy enroscada. Dentadura fuerte, bien formada; dientes cortados en plano, como aserrados. Pelo negro, lacio, tupido, áspero; abundante en la cabeza; escaso en la cara, pecho, sobaco, piernas y pubis. Las cejas despobladas, por la costumbre invetera– da, tanto en el hombre como en la mujer, de depilár– selas, así como también las pestañas. Piernas musculosas, bien proporc10nadas. Curvatu– ra lumbar muy pronunciada, región glútea abultada. Pies grandes y planos, con los dedos muy separa– dos y desarrollados por utilizarlos en distintos usos, co– mo coger objetos, sostener hilo, etc. Piel con abundantes escoriaciones por las picad·1- ras de insectos. Aparece igualmente marcado con leves