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CULTURA DEL PUEBLO MOTILON 23 De la misma fecha tenemos otro documento, tan– to o más valioso que el anteior. Es de don Cristóbal de Castillo y Bohórquez, vecino de Mérida de los Ca– balleros. Muchos eran los asuntos graves que afecta– ban en ese entonces al virreinato de Nueva Granada, dice en una representación dirigida al virrey de San– tafé. Pero el peor de todos era "la alteración de lo., Indios Bárbaros Motilones que, desabrochando su fu– ria, tienen asaltados todos los lugares de la Provincia de Maracaibo y parte de la de Tunja y Provincia de Santa Marta". Luego pasa a contar "el infeliz estado en que se hallan las cmdades de Mérida, La Grita, Gibraltar, San Faustino, Salazar ,de las Palmas, Villa de San Cristóbal y Parroquia de Cúcuta y de la Ciu– dad de Pamploma, pues -prosigue- por los asaltos continuados ele dichos Bárbaros por emboscadas, se han hallado precisados los vecinos a abandonar las ha– ciendas ele cacaos y hatos ele ganados, siendo lo más el haber tomado los referidos Bárbaros los caminos rea– les y ríos de ganados, executando en estas diversas muertes y robos" (18). Chourio nos ha dicho que los motilas ocupaban un área de doscientas leguas a la redonda. Años después, el prefecto de la Misiones Capuchinas de Maracaibo, Padre Andrés de los Arcos, habla ya de trescientas leguas: "Primeramente, Señor, la Misión de Capuchi– nos de Navarra tiene a su frente por la banda del me– diodía la dilatada y numerosa nación de indios genti– les, llamados Motilones: extendiéndose tanto esta nu– merosa nación, que ocupa un vasto territorio de más de trescientas leguas de circunferencia" ( 19) Del mismo parecer era el entonces gobernador de Maracaibo, don Francisco Javier Moreno de Mendoza: (18) A.N.C., Miscelánea, t. 80, f. 452 SS. (19) Las Misiones Capuchinas en el Nuevo Reino de Granada, por Fray Antonio de Alcácer, Puente del Común, 1959, p. 136.

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