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20 P. ANTONIO DE ALCACER míferos. . . En 1773 Sebastián Guillén, quien había recorrido casi toda la Motilonia, al describir la caza predilecta de los motilones, enumeraba los siguientes animales: "cerdo montés, araguato, marimonda, mono, oso salvaje, danta, picure, gardatinaja . . . " ( 9). Diez años después decía del territorio de los motilones An– antonio Patiño de Baro, vecino de los valles de Cú– cuta, quien había surcado repetidas veces los ríos Zu– lia y Catatumbo: En esta región abunda "la plaga de moscos, tábanos, zancudos y otras fatales epidemias, por ser tierras habituales de fieras, tigres, osos, leones y culebras ... " ( 10). En cuanto a la plaga de mosqui– tos era más explícito Guillén: "La plaga de mosquitos, que llaman zancudos ... es tanta, que para trabajar, co– mer y dormir un corto rato de noche es preciso rodear el monte y la casa de hogueras" ( 11 ). GRUPOS El número actual de los motilones se calcula con bastante probabilidad en unos mil novecientos indivi– duos, agrupados en varias ( de veinte a veinticmco) parcialidades independientes, unidas tan solo lingüísti– ca y culturalmente; grupos que se conocen y denomi– nan por el jefe que los preside. ¿Hay diferencia esencial entre unos y otros? No la hay. Sí existen algunas variantes lingüísticas, expli– cables por la separación y poco trato de unos grupos para con otros, en especial los del norte con los del sur. (9) Archivo Nacional de Colombia (A.N.C.), Bogotá, fondo Milicias y Marina, t. 121, f. 130 ss. (10) A. N. C., Caciques e Indios, t. 9, f. 789 ss. (11) A. N. C. , Milicias y Marina, t. 126, f. 448 ss.
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