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CULTURA DEL PUEBLO MOTILON 91 de diversas especies, acudan a la terapéutica mágica, por ejemplo, rayándose el cuerpo: tórax, abdómen y miembros superiores, con una especie de tinta azul– negra, que se obtiene del fruto de la jagua, árbol de las rubiáceas, muy abundante en sus bosques. Otras veces imploran la ayuda del hechicero, quien en tales casos sopla y canturrea para alejar el mal. A los peque– ños, para protegerlos de Dabiddú, se les cuelga del co– llar rústico que todos llevan, dos o tres cabos de colas de ardilla. Con ello creen librarlos de la nefasta influen– cia del diablo. * * * Aunque el motilón aprecie la vida, según puede comprob~rse, por ejemplo, con su costumbre de prac– ticarse dolorosas sangrías, es con todo estoico ante la muerte. Ya dijimos cómo, en muchas ocasiones, cuando el individuo está grave, con poca probabilidad de sal– vars~ lo abandonan a su suerte. Esto en parte se expli– ca por la creencia común entre ellos de que Dabiddú es quien se apodera del moribundo. En consecuencia, hay que evitar a toda costa el que, salidc el soplo de vida del recién fallecido, se apodere el espíritu del mal de cualquiera de los que han estado con aquél. A esta mis– ma causa hay que atribuir su extraño proceder con los cadávere~ los que, sin ningún miramiento y sin cere– monia ~lguna, son depositados en el suelo, a unos tres– cientos metros del bohío, y dejados a merced de las fieras y de las aves de rapiña. Las familias lloran por unos instantes al deudo; mas pronto, antes de que Dabiddú se cebe en otro, lo confían a la tierra y a los buitres. CREENCIAS RELIGIOSAS Difícil ha sido en extremo el captar la mentalidad motilona en cuanto a creencias religiosas. Al carecer de ritos externos, como danzas, ceremonias rituales, etc.,
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