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- -7--t- va rios Padres y dur an jl() r lo menos nueve días como en Espa11a. son un excelente medio ele r e– gen e1-aci ón moral. Bien conYenciclos nuestros • Padres ele esta \·erclacl. desde los primeros años se consagr a r on por completo a este santo y prowchoso ministerio como ya dejamos dicho. y es preciso confesa r que r ecogi eron muy abun– dantes frutos espiri tuales. D urante los años 9 ,=; y sigui entes se dieron muchas Misiones tanto en la Capital y pueblos circum·ecinos . como en el interi or ele la Repúbli– ca . sin embargo ele que el número ele 1\Iisioneros era sumamente reducido y tenían que atender é,clemás al culto. congregaci ones. confesonario . ui tecisrno etc. ele la Iglesia ele Las l\Iercecles. todo lo cual les robaba mucho tiempo y les r es– taba muchas ene rgí as . Pero a todo atendían cuidadosament e aquell os l\Iisioneros. los cuales tenían la cualiclacl el e nmltiplicarse prodigi osa– mente (') . En 1895 se dieron Misi ones en vari as parro– quias de esta ciudad, y aclemús en Macarao, Santa Lucía. Guacara, P etare, Cumaná . Ocu– mare del Tuy. San Francisco ele Yare. Santa Teresa del Tuv . San Pedro ele los Altos, La Victoria y Barquisimeto C) . · ( 1 ) Al hablar de los trabaj os apostó licos de nuestros Pa– dres, se hace caso omiso de novenas, triduos, se rmones sueltos, que no fueron pocos, los predicados por los Capuchinos, tanto rn nuestra Iglesia como en la ciudad y otras poblaciones de la República, durante los aíios 1892-1898. (~) Véase el Cuad ro de estas misiones :

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