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--18- Reclenci ón a aquellos ele nuestros hermanos que Yaganclo por las seculares seh·as ele nuestra co– diciada Guayana, yacen sentados en las tinie– blas ele la ignorancia y del paganismo. Pertene– cen éllos a la benemérita Orden ele los Capuchi– nos. que túntos y tan gloriosos recuerdos ha de– jado en nuestro país. cuya memoria permanece en bendición y es amada por los indígenas , (1ue guardan memoria ele] Padre y conservan con Yencración el lugar donde ac1uél plantó la Cru::: de la l\lfisió11. cruz que renuevan con religioso ;·espeto; y que, así lo esperamos, vendrán a re– cluci r esas tribus errantes v a realizar la obra magna que años atrás iniciaron con ardor y aun sellaron con su sangre varios ele los hijos del Serafín ele Asís. "Y aquí . yenerables Hermanos y amaclns Hijos . repetirnos que palpamos ele un modo es– pecial los auxilios divinos: pues que. por no pensados caminos . a JK'sar ele la carencia ele per– sonal en la Cornuniclacl ele Capuchinos. por el eq,·ío reciente ele algunos ele sus miembros a la Oceanía y a varias naciones ele América. y mil otras clificultacles. hemns podido conseguir di– chos :Misioneros. aurn1ue en pequei'i.o número. para principiar a atender las necesidades ele nuestros desgraciados hermanos que carecen. por falta ele obreros e,·angélicos. ele] don precio– so ele !a fe y ele las indisputables Yentajas de la Yicla ci\·ilizacla" ( 1 ) . ( 1 ) /. 11 Nrli11 i,í11. 1-1 de diciembre de 1S91.