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- 19- (._·J"::l:,clo en el templo ele La Pastora, rnani fest[m– (:oles qui: teaía muy tristes presentimi entos ;:icei-ca de lo que iba a suceder a la ciudad : dos 1·eligiosos mercedarios hacían la g uardi a a la \'irgen ele Las 1\!Iercecles en la Catedral. cu:i.n– clo a las cua t r o y veinte minutos ele la rn:111ana del mencionado 21 el e octubre ele 1766. la pnbla– ción ele Caracas despierta aterrorizada al súbito y fuert e sacudimi ento que hace bambolear los cdi fic ios. A l momento lánzanse los habitantes ::i. la calle, y los gritos ele ¡misericordia. Sciior !. se escuch a n por tocias partes. N aclie sabe qué hacer ni a donde ir, has ta que a l desperta r la a u rora v uelve la tranquilidad a los ánimos . al sabe r cJue ningún edifici o importante h aLía caí– do , c1. unc¡ue sí amenaza ban ruina, especialrnenk los templos . .\ briéronse las puertas ele la Catedral y cle– lllÚs iglesias, a las cuales acogióse la población atemorizada. El Gober nacl01· Solano nombró una comisión ele peritos para que examinasen los edificios el e la capital , y después ele cumpl ir con su cnmeticlo , in fo rmaron que tocios los tem– plos exigía n pronta r eparación en su s 11111roc;, a reos etc. y que er a n ecesa ri o r ebaj a r el ten:e1· cuerpo ele la tone del templo ele San J acinto (co11\'en to ele PP. Dominicos) y derribar la ele Las Mercedes . P ues tas por obra algunas me– didas necesarias. la ciudad v ióse libre ele tnclo peli gro inminente.