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-195- ' ' _-/ cfl; de la i11auy11ració11 de este mo1111111 c11to y causas que lo 111 otiv aro11. '·En el año del S eñor mil novecientos . el clía , -eintinueve de octubre. a las cuatro hor as y cu a r enta y tres minutos ele la maclrugacla . r e– pentin amente sobrevino a es ta ci udad ele Cara– cas e! azote del terremoto. Aquel fortísimo y prol ongado temblor ele tierra. rastro del poder de Di os , pregón y a nunci o ele su grandeza y Majestad infinita. obligó a todos los habi tantes ele la ca pital a sali r apresuradamente ele sus casa s. pidi endo a ,·oces , con °Tito unánime i mi– serico rdia!. . . al C r eador ele todas las cosas y dominado r del Universo que toca los montes y echan l,umo. que mira a la ti erra y la hace tl'm– l)la r: en aq uel momento tan angustioso y_ te rri– lJle que. a un recordarl o. llena ele espan to y pa– Yo r. ( pr eciso es decirlo ) todos r cconoci ernn, adoraron y honraron a la S uprema \ -er clacl : e:1 masón. el hereje, el libe rtino. el mal o y el imp ío buscaban amparo. no en la ti erra, sino en el cielo. se acordaron el e N ues tro Señor J es ucris– to , Dios y hombr e Ye rdaclero , y se encomenda– ron a su Inmacnlacla Mad r e llam{t11dola: i r -ir– ge 11 Santísima! i i [, 'irgc 11 de Las JVIcrccdes. amparadnos . sah•ad11 os. que pcrecc 111 os ! ! " Gr a cias a la poderosa in te rcesión ele la bienaventurada V irgen que no per ecimos todos por completo a una con la ciudad .... Graci as que no fu imos consumidos. En aquella maiia na ;i ciaga y tan llena de tristeza a lgunos muri er on