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-125- -:nmecliatamente, y en él se construy<:>ron algu– nos cl<:>pa rtamentos. mejorando así las condici o- 11es ele nuest ra Residencia (') . III La huerta y parque de Las Mercedes Cnn mo tivo ele los graneles servicios presta– ·d os por nuestros Religiosos en la epidemia va– riol osa ele 1898, ele la cual ya hemos hablado en ,otro lugar . el señor Gobernador del Distrito Fe– deral. _-\nfiloquio L eve!, los autorizó para cer– car con \·erja de hierro el área o jardín situado al costado oriental de nuestra Iglesia y que tam– b ién había fo rmado parte del antiguo convento mercedario. ofreciéndoles además legalizar el asunto cun un Acuerdo del Concejo Municipal -en !a primera ocasión . El General Cipriano Castro. Presidente ele la República, ordenó dos años más tarde. se nos concediese el título ele cesión. corno <:>n efecto se efectuó el 30 ele marzo ele 1900 . El exped iente formado con tal moti vo se con sen·a en el A rchi vo ele esta Residencia, y -dos de sus documentos más importantes !os pu– blicamo;; aqu í: es el primero el informe favora- 1)1e ele l;-: Comisión nombrada al efecto y com– puest<1. ele los Concejales señores Emilio J. Mau– ri e I. A.gue1-re\·ere y del Ingeniero l\!Iun ici pal ( 1 ) El doctor Feliciano .'\cc1·edo, Viccprc:.ic!cntc de la R c- 1>ú hli c:1. iué 11110 de los que más inAuycr-) 11 pa ra que nos ccclic– !':cn e,tc terreno.