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res más eficaces de nuestra brillante actualidad religiosa. Por último, lo que fue siempre una bella aspiración frus– trada, lo que constituyó el ideal permanente del regreso de los Capuchinos a Venezuela: la reanudación de sus faenas misioneras entre los indígenas, ya es, corno lo apuntarnos al principio, un gran hecho en los anales de nuestra pa– tria, y es lícito esperar que, con la actuación del Vicariato Apostólico del Caroní, no tardarán en llegar a la cúspide los nuevos merecimientos de la Orden en su apostolado venezolano. Como filial tributo al Seráfico Patriarca en su ~éptimo centenario, los Capuchinos de la Merced han querido reco– pilar en este iibro las noticias referentes al desarrollo de su obra en estos casi siete lustros, orlándolas con da– tos históricos acerca del templo e imagen en cuyo recinto y bajo cuyo amparo se ha desplegado felizmente tan fe– cundo ministerio. El R. P. Cayetano de Carrocera, joven Religioso recienvenido, manejador de la péñola y acucioso averiguador, ha ejecutado a cabalidad el laudable propósito. Al poner !)Unto a estas líneas reiteramos nuestros afec– tuosos sentimientos a la benemérita institución capuchina, hacemos cálidos votos por su perpetua estabilidad entre nosotros, y desearnos que sus miembros continúen exhi– biéndose más y más imbuidos del puro espíritu francisca– no, para la eficienr-ia siempre poderosa de su apostolado y la perdurable edilicación del pueblo fiel. Caracas : 19 de octubre de 1925. XII N. E. NAVARRO, P rc,t. Apost.