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Venezuela ha sido teatro preclaro del genuino aposto-· lado franciscano. La obra de evangelización de nuestro suelo, con la fundación del mayor número de nuestros pue-· bles y el profundísimo arraigo en las almas de la fe y de las prácticas cristianas, no pudo efectuarse sino a costa de– mil sacrificios y crueles penalidades, que solo en ánimos muy avezados a la penitencia y a la propia renuncia es po-· sible suponer. Basta leer los relatos de esa conquista espi– ritual, y darse cuenta de lo rehacio del terreno, y de la des– esperante ineficacia de los más heroicos esfuerzos, y de la escasez o falla de los medios de todo ·orden conducentes a su logro, para convencerse de que solo una maravilla ideal de constancia pudo consumarla. Y esa maravilla se explica por el caudal asombroso de austeridad y el loco amor de Jesucristo, que la educación franciscana desarrolla en los. discípulos del Seráfico Patriarca. Entre éstos se distinguieron siempre los Religiosos, Capuchinos, ya que la parte misional que en nuestro terri-– torio les cupo fue la más ímproba, y sus sacrificios los más. formidables y prolongados. Su labor misionera culminó en los florecientes establecimientos del Caroní, cuya desapa– rición, a consecuencia de una ominosa escena de sangre en los días terríficos de la guerra emancipadora, hemos la– mentado durante un siglo, y en cuyos campos ya hoy, bajo, las nuevas formas que el progreso de los tiempos reclama, vuelve a extenderse y fructificar el insigne beneficio def apostolado capuchino. Ni dejó nunca Venezuela de mostrar su predilección. por esta Orden Religiosa; que tales pro·ezas llevó al cabo para cristianizarla. El recuerdo de los Capuchinos estuvo· siempre vivo en la memoria nacional, y los Gobiernos mis-– mes, al pensar en obras de ministerio sacerdotal o de re-· ducción de indígenas, volvieron de contínuo la vista hacia esos famosos frailes que tanta labor de santidad aquí efec– tuaran ; bien que una lamentable incomprensión de las exi-– gencias de la vida regular o tal vez el funesto influjo de las pasiones políticas, hicieran nugatorio o anularan a poco· ,el éxito de tan noble iniciativa. X

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