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Mas te ruego que de vista nunca en el campo me pierdas, que yo siempre tiro al monte en Jugar de la dehesa, Y me guía mi capricho, y me arrastra mi ceguera, en vez de pastos que nutren, a los pastos que envenenan. Adiós, celestial P astora : adiós, soberana excelsa. ¡Bienvenida a la majada! ¡Bienvenid? al mundo seas! J. DE ARIZAL C. M.F. 81 Ofrecimiento ¡Virgen Santa! ¡Pas\orcita de divinales hechizos! Tú sabes con qué fervor a tus plantas he venido. Nó flores que se march itan, sino perlas y zafiros, - 158 -