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la Señora, que ella vió: cuando responde al momento con profunda inspiración: «La Señora no te nía Edad ninguna, Señor»; FR. M. DE ALBOCÁCER. Capuchino. í=l.nunciación En su podre casa retirada La Flor de Nazaret ora y medita: Cuando el celeste Nuncio la visita, Salúdala y le expone su embajada. Llena de graci a al verse proclamada, Se turba y teme la sin par bendita, Pues él su asentimiento solicita, Para dar su misión por terminada, De una sola palabra está pendiente La redención de Adán y su linaje, Del cual Ella ha de ser la medianera. Y la Virgen se inclina reverente; Confírmase en el cielo aquél mensaje, Y Dios la hace su madre verdadera. - a " v l:l J FR . B UENAVENTCRA DE ALBORAVA. ,s,nC\_<l\i ?..\,'.\.» s el Capuch ino -ll1Jl-