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CAP. V.-EL GENERALATO DE SAN BUENAVENTURA... 81 talló el conflicto que había de acabar en rebeldía y por fin en la separación de la Orden. Tan triste destino de la extrema derecha de la Orden podía presagiarse desde que se vió infiltrado en ella el profetismo con la Introducción al Evangelio Eterno de Gerardo de Borgo San Donnino. Las profecías del abad Joaquín ele Fiore sobre la nueva época del Evangelio eterno, la del Espíritu Santo, que se iniciaría hacia 1260 con una renovación total de la Iglesia por obra de los pobres de Cristo, habían calentado muchas cabe– zas. Pasada esta fecha, muchos sanaron con la decepción, pero otros mantuvieron vivas las esperanzas iluministas, con tendencia progresiva a la heterodoxia. Al esparcirse durante el Concilio de Lyón la especie de que el Papa intentaba obligar a los franciscanos a poseer en común, un grupo de zelanti de Las Marcas promovió violenta campaña, enseñando que la Orden no debería someterse a un mandato in– justo. El capítulo provincial obligóles a retractarse; algunos se obstinaron en su actitud, por lo que fueron privados del hábito y recluídos en eremitorios. Entre los insubordinados se hallaba Pedro de Fossombrone, que después tomaría el nombre de Angel Clareno. Otro foco más importante y más culto apareció en Provenza. El iniciador fué Hugo de Digne y su principal representante Pedro Juan Olivi, santo y sabio religioso, pero imbuído de joa– qmmsmo. Este grupo se manifestó en contra de la declaración Exiit qui seminal de Nicolás III. La rechazaba, primero como opuesta a la voluntad de San Francisco, que no admitía exposi– ciones de la Regla, y en concreto por la doctrina del uso pobre. El general, Mateo de Quasparte, y el Papa, Nicolás IV, procedie– ron duramente contra ellos; Olivi se sometió dócilmente, pero no así otros muchos; murió en 1298; el capítulo general mandó quemar sus escritos y condenó muchas de sus proposiciones, mien– tras sus partidarios le veneraban como santo. Discípulo fiel de Olivi fué Ubertino de Casale, hombre docto y contemplativo, jefe de los celantes de Toscana. c<Convertido,1 por Olivi en espiritual y joaquinita, dióse a predicar el Evangelio Eterno. 6