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70 MANUAL DE HISTORIA FRA:\"CISCANA LA VÍA MEDI,\ DE CRESCENCIO DE ]ESI í 1244-124,íí Este general se percató de la situación, pero no estaba en con– diciones de remediarla. Comenzó por obtener la bula Ordinem vestrum ya mencionada, paso que disgustó grandemente a los espirituales y aun a gran parte de la comunidad; persiguió sañu– damente a los primeros. Añadióse que por su mucha edad no po– día visitar las provincias personalmente. Por otra parte, se mal– quistó el partido de los avanzados con su empeño por encaminar la Orden por el justo medio, y, dándose cuenta de que San Fran– cisco seguía siendo la Regla viva, mandó que se recogiesen todos los datos relativos al seráfico Padre y a los primeros tiempo~; así se compuso la Vita JI de Celano, que es un elogio de la vida común, acompañado de mordaces protestas contra las manifesta– ciones de relajación de los acomodaticios y contra las singulari– dades de los celantes. Pero esto no trajo la paz. Crescencio, descalificado ante la mayoría, llegó a perder el favor de lnocencio IV por su resisten– cia a tomar la dirección de las clarisas. El Papa le ordenó con– vocar el capítulo general en Lyon y fué elegido Juan de Parma. LA MARCHA ATRÜ DE JUAN DE PARMA íl24,7-12571 Bene et opportune venisti, sed venisti tarde!. exclamó fray Gil al oír el nombramiento de Juan de Parma. Efectivamente, era el hombre más indicado para empuñar el timón de la Orden en aquellas circunstancias. Eminente por su saber y amor a los estu– dios, estaba por otra parte Íntimamente identificado con el ideal de San Francisco. ((El edificio de la Orden-decía-descansa so– bre dos columnas, la ciencia y la virtud)); pero no estaba confor-