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CAP. II.-FUNDACIÓN Y PRIMEROS PASOS 55 día meditaban en el libro de la cruz, a ejemplo de su Padre, que les hablaba sin cesar de la cruz.)> (Leg. mai. IV, 3.) Pero esta organización embrionaria hízose insuficiente cuando los seguidores de Francisco se contaron por varios miles y comen– zaron a dispersarse fuera de Italia; de aquí la repartición en pro• vincias, presididas por los ministros, que se hizo en 1217. Cada reli– gioso tendrá señalada en adelante la región en que ha de santifi– carse y trabajar bajo la obediencia de su superior respectivo. También fueron apareciendo poco a poco las residencias fijas. En un principio los frailes hacían sus correrías enteramente con– fiados en la Providencia divina. De día trabajaban, _predicaban o pedían limosna; de noche se 1'ecogían en alguna ermita, en las leproserías o en los atrios de las iglesias, a no ser que un alma caritativa les ofreciese hospedaje.