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50 MANUAL DE HISTORIA FRANCISCANA la derrota de las Navas. La enfermedad contraída en España )e hizo conocer que Dios no quería aquella empresa. En 1215 tuvo lugar el IV Concilio de Letrán. No consta que asistiese San Francisco; el P. Cuthbert lo afirma y supone que del discurso introductorio de Inocencio III data aquella devoción particular del santo al signo Thau. Tampoco consta si en esta oca– sión se encontró con santo Domingo, como arriba se dijo. Lo que sí consta es que el Concilio confirmó la Orden de Menores, al mismo tiempo que prohibía la fundación de otras nuevas. LA INDULGENCIA DE LA PORCIÚNCULA. Obtúvola San Francisco en 1216 del nuevo Papa Honorio III, apenas elegido en Perusa. El origen de esta indulgencia es de los temas franciscanos que más discusiones han levantado. No hay insinuación alguna en los autores del siglo XIII ni se conserva diploma alguno de la Cancillería romana. De aquí el argumento del silencio que han esgrimido los adversarios de esta prerroga– tiva franciscana. Sabatier negó de plano su autenticidad al prin– cipio, pero dos años después cambió radicalmente de parecer, defendiéndola con entusiasmo. Ante todo, no debe confundirse la autenticidad histórica con la autenticidad canónica; la Indulgencia de la Porciúncula es un hecho reconocido por la Iglesia. Lo que se trata de saber es ,;i el origen de la indulgencia fué en realidad el que le asigna la tradición, es decir, el que se contiene en el relato apologético de fray Francisco Bartholi de Asís, del siglo XIV. Del estado actual de la cuestión parece no puede llegarse a una conclusión definitiva. Parece cierto que en 1277 se hacían esfuerzos entre los franciscanos para defender la autenticidad de la concesión y atribuirla a San Francisco; en 1310 la tradición estaba ya formada, según aparece en un documento del obispo de Asís, pero la polémica continuaba.