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1\IA:'iUAL DE HISTORIA FrL\:'iC:ISCA:\A texto no ha llegado has,a nosotros. El cardenal se inspll"o en grnn parte en los estatutos dados por Inoccncio III a los humillados. El contenido de esta primera Rc¡;la conjeturarse a través de una nueva redacción o modificación hecha en 1228. Ignoramos la parte que cupo a San Francisco en la preparación de este ,,'.\'Iemoriah; lo que sí puede afirmarse es que ni por su forma, que delata la mano hábil, pero enjuta, de un jurisperito. ni por su fondo. demasiado calculado según las normas de la prudencia humana, puede adjudicarse directa1m·nte al santo, por más que haya pasado siempre por obra suya. Ciertós elementos pueden, a no dudarlo. haber sido inspirndos por él. El sello franciscano de la institución hay que buscarlo, más que en la legislación escrita, en el espíritu infundido por el santo fundador. Consta esta Regla de trece capítulos, en que se dan normas sobre el modo de vestir. sencillo y austero; se prohibe asistir a banquetes y organizar festejos o diversiones. se limita el uso de carnes a tres días de la semana. se impone ayuno todos los viernes del afío, y desde Todos los Santos a Pascua también los miércoles, junto con la cuaresma de San Martín. 'sobre los ayunos generales de la Iglesia; los clérigos rezarán el oficio divino; los demás, doce Padrenuestros por Maitines y siete por las otras horas; en las cuaresmas acudirán a los '.\'Iaitines en la Iglesia; comulgarán tres veces al año: en l\iavidacl, Resurrección y Pentecostés; pa– garán los diezmos; 110 llevarán arrn~,s ni las tomarán contra na– die; se abstendrán de juramentos solemnes, excepto en los casos en <JUe lo exija la paz, la fe. la calumnia o el testimonio, y evita– rán también los juramentos privados. hajo la penitencia de tres Padrenuestros al hacer el examen por la noche; cada cual debe cuidar de que su familia viva cristianamente; una vez al mes de– ben oír Misa en común todos los de una misma población, y si es posihle, un religioso les hará una plática; en esa reunión cada cual entregará su cuota mensual, y el producto se distribuirá entre los hermanos indigentes y enfermos y entre los pobres del lu– gar; el ministro dehe visitar, por lo menos una vez a la se– mana, por sí o por otro. a los hermanos que se hallen enfermos; todos los hermanos están obligados a asistir a los funerales de los

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