BCCCAP000000000000000000000208

CAP. I.-ORIGE:'1 DE LA TERCERA ORDE:'I 453 dos normas prácticas de perfección según el Evangelio, acomo– dadas a la situación en que cada uno se hallase. Las Florecillas nos describen el caso de los habitantes de Cannara, enardecidos por la palabra de San Francisco: todos, hombres y mujeres, se ofrecieron para seguirle, abandonando sus casas, y el santo los contuvo, diciéndoles: ,,:\lo os apresuréis; ya os diré lo que de– béis hacer para salvar vuestras almas.n Las leyendas franciscanas nos hablan con frecuencia de multitud de personas que. por con– sejo de los frailes, llevaban en sus e.asas vida de ,,penitencia)) y aun vestían de hábito religioso. Ejemplo sorprendente nos ofrece la aldea de Greccio, cuyos habitantes se habían apropiado de tal manera el espíritu de San Francisco, que formaban en torno al humilde lugar de los frailes como un edén franciscano. No hay indicio alguno de que San Francisco hubiese tratado de organizar este movimiento de penitentes laicos en una corpo– ración; pero tenemos un documento muy significativo que puede considerarse como el programa de perfección que in fundió el es– píritu propio a los hermanos de penitencia: la Epistola ad omnes fideles, cuya fecha de composición no está suficientemente averi– guada. La tradición designa como los primeros en alistarse en la Orden tercera, ya fundada, al beato Luquesio de Poggihonzi (t 12601 y su mujer Bonadonna, que habrían recibido el hábito de penitencia de manos del mismo San Francisco. LA REGLA DE HUGOLI:'/0 (1221). La primera mención oficial de los hermanos de penitencia corno corporación organizada, con indumentaria propia, la halla– mos en una bula de Honorio III al obispo de Rírnini (16 de di– ciembre de 1221J, encargándole los proteja contra las autoridades civiles que pretenden forzarles a tornar las armas, bajo juramento, en defensa del común. Por otra bula de 1224, dirigida a todos los obispos de Italia, vemos la gran difusión que había alcanzado en tan corto espacio la fraternidad de penitencia. En 1221 redactó Hugolino la primera Regla o Memorial, cuyo