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CAP. XI.-LAS Mr::;rO:\ES 4,01 decreto poniendo a salvo los derechos de éstos; en 1630 fueron ampliadas las facultades de los capuchinos, con cierta dependen– cia parcial del guardián de Jerusalén; en 1650 llegóse a una fór– mula conciliatoria, que tampoco llevó a la concordia deseada. En– traba también de por medio, como ya se ha dicho, la com1Jetencit1 francesa y española. l\ÍISIO:\'ES E:\'TRE I:\'FIELES. E:\' AFRICA. - Los primeros intentos de evangelización de la costa occidental de Africa por los capuchinos datan de 1634,, cuan– do llegh a Guinea una misión de la provincia de Brt'taíía a las ór– denes de la Propaganda; fué abandonada en 1641, al ser ocupa– do el país por los holandeses. Parecido fin tuvo la misión de Caho Verde. encomendada en 1635 a la provincia de Normandía. El sueíío dorado del celo de los capuchinos era el reino del Congo, oficialmente católico, pero privado de asistencia espiritual y prácticamente sumido en la infidelidad. Aceptada la misión por el capítulo general de 1618 y confiada a las provincias españolas, no pudo tener efecto la fundación por causas ajenas a la volun– tad de los misioneros. En 164.0, la Congregación enviaba una mi– sión de capuchinos italianos, que hubo de volverse de Lisboa por la oposición de Portugal. Estaba reservada al hermano lego fray Francisco de Pamplona 1 + 1651) la gloria de abrir, con el apoyo de Felipe IV, las puertas de esta misión, de tan gran porvenir, y en general de toda la labor misional de la Orden entre infieles. En Hít5 llegaba al Congo la primera expedición, compuesta de italianos y espaííoles. bajo la prefectura del P. Buenaventura de Alessano. Con la llegada de nuevas expediciones fundóse una nue– va prefectura en ."Í ngola; más tarde ambas misiones -volvieron a regirse por un solo prefecto. La misión del Congo. sostenida des– pués exclusivamente por las provincias italianas, subsistió hasta 1835, haciendo frente a toda suerte de dificultades. la principal de las cuales era el clima mortífero, que para 1746 había costado la vida a 1.1,4, misioneros. Al fervor misional despertado entre los capuchinos españoles 26

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