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CAPITULO XI LAS .IVUSIONES La hisioria de las 1111s10nes capuchinas entre infieles no co– mienza hasta el año 1587. Y no es que se echara de menos en la nueva reforma la vocación misionera en un sentido genuinamente franciscano; ya en los primeros años hubo quienes pidieron a Lu– dovico de Fossombrone licencia para ir a tierras de infieles a pre– dicar el Evangelio y padecer el martirio. Las constituciones de 1536 afirmaban explícitamente el destino misionero de la Orden al dar libertad a los religiosos. que se sintieran llamados. ¡wrn acudir a los superiores mayores; a éstos correspondía juzgar de la ido– neidad Je los candidatos, pero hahían de de negarles la licencia. una vez averiguada su vocación misionera. por razón de la escasez de religiosos en sus provincias. Los primeros capuchinos de quienes se tiene noticia que marcharon a tierras de in fieles fueron Juan Zuazo de Medina Sidonia y Juan d2 Troia. que. con el permiso del general Bernardino de Asti. se- lanzaron a través de los países mahomctnnos en busca del martirio. y lo obtuvieron él1 El Cairo en 1551. En 1587 nos hallamos ante la primera expedi– ciún oficial decretada por el capítulo general; provistos de un bre– ve de Sixto V se dirigicrnn a cuatro capuchinos. entre los que figuraba San José de Leonisa; todos fueron c>xpul– sados al poco tiempo, de,-pués de grandes padecimientos. Del mis– mo modo fracasaron otros intentos de fundar misiones entre los

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