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3 ~o e 10 '\!A'.\UAL DE IIISTOHU FRAXCISC \'.;_\ y varios otros; en la erección de asilos y centros de beneficen– cia. José de Femo. Matías de Sal?,. Pedro de Calatayud y Fran– cisco de Sevilla. Alonso Lobo fué expulsado de Nápoles por la autoridad civil por haber salido valerosamente en defensa del pueblo oprimido por las contribuciones. El siglo XIX. el de las grandes revoluciones económicas y sociales, trajo en la Orden capuchina un amplio desarrollo de la acción en favor de las cla– ses necesitadas. ya en forma de limosna ocasional. como la comi– da diaria a los pobres a la puerta de los conventos y el Pan de San Antonio; ya mediante iniciativas sociales, ya finalmente ape– lando a la prensa y a los demás medios de acción indirecta. Figu• ra de primer orden en este campo es el P. Teobaldo Mathew (t 1865!, el ((apóstol de la templanza),, que logró agrupar en Irlan– da, Inglaterra, Escocia y América a seis millones de hombres en la Liga de la Templanza. Más directamente obrero fué el apos– tolado del P. Tcodosio Florentini de Münstcr ( t 1865). fundador de dos congregaciones de religiosas para la instrucción y asistencia benéfica de los pobres y organizador de múltiples iniciativas des– tinadas a proporcionar a los obreros trabajo y medios de pro– ducción. En el Tiro! desarrolló acción similar el P. Bernardino de Eppan ( ·r 1893). Los capuchinos de Lyón hiciéronse acreedo– res a los mayores elogios con el instituto de sordomudos pobres fundado por el P. Carlos de Génova ( t 1859). En el número de los más insignes apóstoles sociales de Francia merece colocarse el P. Ludovico de Besse ( t 1910í, que entre otros tiene el mérito de haber puesto en marcha en 1877 los Bancos populares y las Cajas rurales. con la colaboración del P. José de Aurensan. Son también beneméritos por sus iniciativas en el campo laboral los Padres Próspero de Martigné / t 1901 l y Amadeo de Néant, y como egregio publicista de cuestiones sociales el P. Exuperio de Prats-de-Mollo ( t 1917 l. En Bélgica y en otras naciones ha adqui– rido gran difusión la llamada Ouvre des Forains, que tiene por objeto la asistencia religiosa a los vagabundos y al personal am– bulante de circos y profesiones semejantes; fué su iniciador el Padre Celestino de Wervicq ( t 1896). Pero en nada se manifiesta el apostolado de la caridad mejor
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