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CAPITULO IX LA ESPIRITUALIDAD FRANCISCANA EN SU INTERPRETACION CAPUCHINA Dentro de su cauce fundamental, la espiritualidad franciscana, adquiere en la reforma capuchina trayectorias y matices peculia– res determinados en parte por los ideales que inspiraron su apari– ción, pero más aúµ por influjos externos de las circunstancias y <le las corrientes espirituales. De la escuela ascética italiana, deri– vada de la piedad renacentista, reciben los escritores capuchinos cierta preferencia hacia la pedagogía parenética, centrada en el ((combate espiritu:1LJ y los métodos de oración, tendencia que en el primer siglo se mantiene serena y optimista, pero después ado– lece algo de ceñuda y rigorista. La escuela francesa, sucesora de la española en el gusto por lo especulativo y por las realidades místicas, debe su impulso más eficaz al movimiento espiritual sus– citado por los capuchinos de Saint-Honor:é y al padre de este movi– miento Benito de Canfield; su característica fundamental es el uejercicio de la voluntad de Dios,> como regla compendiosa de perfección. La escuela de San Francisco de Sales, personalmente tan identificado con los capuchinos, sus colaboradores preferidos, hizo sentir fuertemente su influencia en un gran sector de la Orden. A quienes conocen la historia de las reformas franciscanas y las leyes del espíritu no sorprenderá el contraste entre la auste– ridad de la vida conventuaL reflejada en el continente exterior del