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CAP. VIL-DESARROLLO GEOGR:Í.FIC :0 Y ESTADÍSTICO personal a las misiones de Ultramar; en 1898 la provincia de To– ledo se descompuso en dos: Andalucía y Valencia; en 1900 la de Aragón desmembróse en las de Cataluña y Navarra-Cantabria– Aragón. Al suprimirse en 1907 el Distrito Nullius pasaron sus con– ventos a formar parte de las provincias de Castilla y Navarra. Con religiosos de las provincias españolas se constituyó en 1939 el comisariato general de Portugal, quedando establecida por primera vez la Orden capuchina en esta nación. Las nuevas provincias de Francia iban llevando vida próspera cuando sohrevino la disolu– ción decretada en 1903; los religiosos tuvieron que huscar en el extranjero. también esta vez. el modo de seguir viviendo en comu– nidad y sostener sus casas de formación. Aunque esta supresión fué de más larga duración que la de 1880, con el tiempo volvie– ron a abrirse los conventos. Como consecuencia del cambio de fronteras, los conventos de Alsacia formaron después de la primera guerra mundial la provincia de Estrasburgo. La custodia de Ir– landa foé elevada a provincia en 1385. En la Europa central y oriental ha habido bastante inestahilidad en los límites y denomi– nación de las provincias por causa de los cambios políticos. En América. como término ele la evolución de las varias misiones lato sensu que allí se han ido formando, han hecho su aparición varios comisariatos: el de Ecuador-Colombia ( Hl,61. dividido desde 1950 en dos custodias. la de Enrndor. confiada a la pro– vincia de Navarra, y la de Colombia, que lo está a la de Palcrmo; el de Chile-Argentina ( 19291, desmemhrado en dos en 1936. ambos formados por la provincia de Navarra; el de Canadá ( 193°1,1, for– mado por la provincia de Toulouse y elevado a provincia en 19-1,2; el Río-Platense ( 19-1,3), formado en Uruguay y Argentina por la provincia de Génova; la provincia de Caxías ( 19-1,;Z), formada en el Brasil por la de Saboya. En la India oriental creóse un comi– sariato independiente en 1938. El movimiento numérico no sigue la misma línea que el des– arrollo de las provincias, por lo mismo que no siempre influye en la multiplicación o reducción de éstas el estado personal. Nos limi– tamos a dar un esquema del desenvolvimiento numérico, fijándo– nos en las fechas más representativas:

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