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PHE,\MBLLO HISTOHIOG!L\FICO 293 un catálogo cronológico para facilitar su manejo en Ana!ecta Or– dinis. Dedicóse asmusmo atención especial al conocimiento de los escritores de la Orden. gozando de particular crédito los trabajos bibliográficos de ~1artín de Torrecilla, Dionisio de Gh10va y Ber– nardo de Bolonia. La polémica levantada en el siglo XVII por la aparición de los Anales trajo consigo agrias controversias de familia con los obser– vantes y conventuales, ya sobre el origen y significado ([e la refor– ma capuchina, ya sobre la forma auténtica del hábito de S:rn Francisco y el uso de la barha, ya principalmente sobre la filia– ción franciscana de los capuchinos y la legítima sucesión de los ministros generales de las tres ramas. Huho de intervenir en más de una ocasión la Santa Sede imponiendo silencio. Por las tres partes hubo entonces numerosas publicaciones, tanto oficiales como privadas. ele carácter polémico; del lado capuchino fueron las más notables las de Marco Antonio Carpenedolo I t 166.5 I, Carlos de Arenberg ( t 1669). Martín de Torrecilla 1•;• 17091, An– drés de Lisboa y Gabriel de Modigliana ( t 17Bl ). Una decisión capitular de 16°1<3 mandaba que en cada provin– cia se instituyera un archivero y cronista provincial. encargado de conservar cuanto fuera ele interés y de escribir la historia par– ticular de la provincia, de los conventos y de los religiosos insig– nes. :Merced a esta medida podemos contar con buen número de importantes monografías, entre las que sobresalen las de Hieroteo de Coblenza lt lí69i, autor además de un compendio de historia franciscana, y la obra biográfica de Carlos de Arenberg. Un subsidio inapreciable para el historiador moderno ofrece la Chronographica descriptio o atlas geográfico de toda la Orden con sus provincias, conventos y misiones, publicada por primera vez en 164,3, reeditada muchas veces, corregida y puesta al día en 1712 y 1,21. Modernamente, y con mayor perfección, cumple el mismo cometido la Descáptio geopraphica et statistica (Ro– mae, 1929). La historiografía capuchina moderna comienza a fines del ,;j. glo XIX .• debiendo considerarse como padres de la misma el archi-
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