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CAP. V.-MÉRITOS EN LAS CIENCIAS Y EN LAS ARTES 283 ----------------------- -----·-···-·-··- universidades, dejando de obtener en ellas grados académicos. La promoción al rango de maestro en Teología era incumbencia del ministro general dentro del capítulo, previo examen. En el si– glo XVI se prodigó bastante este título ele honor, pero en los dos siglos siguientes, a medida que aumentaban las prerrogativas ane– jas al magisterio, se usó ele mayor rigor, obligando a los candi– datos a cursar largos años ele estudio y a dar pruebas notables de capacidad. En el siglo XIX volvió a aflojarse algo más. En 1893, de los 289 sacerdotes, 215 ostentaban el grado de doctor en teo– logía. Y ha sido tan importante esta distinción en la historia ele la Orden, que se la ha considerado como requisito imprescindible para el desempeño ele cualquiera ele las prelacías de alguna cate– goría. Entre las iniciativas con que favoreció Sixto V a sus conven– tuales es quizá la principal la fundación en 158í del Colegio de San Buenaventura, destinado a ser el gran centro intelectual ele la Orden. Según los estatutos, debían ser admitidos solamente los jóvenes más aventajados; cursarían estudios superiores durante tres años, dedicados sobre todo a conocer al doctor seráfico, y terminados debidamente. serían promovidos al magisterio. En 1619 el ministro general J acobo Montanari se propuso reorganizar los estudios, y con este fin reformó la ratio studiorum de b Orden y dirigió a todas las provincias una notable circular en este sen– tido. Sus puntos ele vista fueron recogidos después en las constitu– ciones urhanas y estuvieron en vigor hasta la Revolución francesa. Conforme a tales estatutos, los clérigos profesos cursaban pri– meramente los elementos de la filosofía y la teología en los semi– narios de cada 1irovincia. Esta preparación se consideraba sufi– ciente para llegar al sacerdocio. Los jóvenes sacerdotes que ofre– cían capacidad suficiente eran 2dmitidos a los estudios superiores. que se clasificaban en cuatro categorías por trienios; las tres pri– meras pertenecían a los gimnasios y el grado supremo lo formaban los colegios. Los alumnos se clasificaban, según esta gradación. en iniciados, si aprohahan el curso de lógica; estudiantes. si el de física y metafísica; bachilleres, si las sentencias y cánones. y maestros. si, terminado el trienio de teología positiva en un cole-
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