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CAPITULO II DESARROLLO GEOGRAFICO Y NUMERICO El número de provincias, que en 1517 se mantuvo en las 34, tradicionales, hubo de reducirse notr:blemente en el curso del si– glo XVI, a causa de la expansión del protestantismo, de la supre– sión total en la Península Ibérica y de la disminución del número de religiosos en otras naciones. Los espaciosos conventos. alber– gue en otro tiempo de nutridas comunidades, iban quedando casi desalquilados, hasta el punto de que, al decretar Inocencio XII en 1652 la supresión de todas las casas religiosas que no pudieran mantener al menos seis religiosos, los conventuales perdieron unos doscientos conventos en Italia. El mapa de las provincias italianas permaneció casi inmutado hasta la Revolución francesa; contaban el mayor número de con– ventos las de Las Marcas, Tierra de Labor y Sicilia. En el siglo XVI se formó la de Cerdeña y en 1726 la de Turín, con los conventos del Piamonte que habían pertenecido a las de Milán y Génova. Después de la Revolución francesa sobrevivieron en la Italia sep– tentrional solamente las provincias de Venecia y Génova; en la Italia meridional desaparecieron más tarde las de Apulia y Cala– bria; las de San Bernardino y del Santo Angel se juntaron en una. De la de Sicilia desmembróse en 1859 la de Malta. En Francia sólo pudieron retener los conventuales en el si– glo XVI las provincias meridionales de Borgoña. San Luis y Aqui– tania y :formar en el Norte la de Lieja con los restos de la antigua provincia de Francia, incorporada a los observantes. Al restituirse

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