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CAP. X.-LOS ESTUDIOS, LAS CIENCIAS Y LAS ARTES 259 sioneros franciscanos al desarrollo de las ciencias geográficas, etnográficas y lingüísticas, particularmente en América y Filipi– nas; pero la sola enumeración de las obras impresas excedería los límites que consiente un manual. La afición histórica de estos siglos, que contó con talentos de gran capacidad, concentróse casi exclusivamente en el pasado de la propia Orden. Por excepción pueden mencionarse. en la his– toria civil o eclesiástica, el autor de la primera colección de con– cilios Pedro Crabbe ( 'f 1554,), el portugués Gaspar Barreiros, no– table en la crítica histórica, los irlandeses Rugo Ward, Juan Col– gan y Miguel O'Clery en el siglo XVII, y en el siguiente el erudito bibliotecario de Parma Ireneo Affo ( ·j· 1797), miemhro de multi– tud de academias científicas y autor de muchas ohn~s, los dos hermanos Rafael y Pedro Rodríguez Mohedano, tan conocidos por su Historia literaria de Espaíía, que comenzó a publicarse en 1766. el profesor de la Universidad de Friburgo de Brisgovia Paulino Erdt (-¡- 1800) y el tirolés Justiniano Ladurner \ -r 187•1,). De los hombres de ciencia posteriores a la restauración, que forman brillantísimo catálogo en varios ramos del saber, no pode– mos ocuparnos por no poseer un estudio de conjunto que nos librara de omisiones sensibles. CONTRIBUCIÓN A LAS BELLAS ARTES. Franciscanismo y poesía siguen siendo inseparables en todos los tiempos. El Siglo de Oro de la literatura española, todo él invadido de inspiración franciscana, registra nombres ilustres de poetas como Iñigo de Mendoza y Ambrosio Montesino, roman– ceros a lo divino en el reinado de los Reyes Católicos; Luis de Escobar, famoso por sus sátiras morales; los poetas épicos Gabriel de Mata, Antonio de Santa María, Bartolomé Ordóñez y Alonso de Escobedo; el eminente poeta espiritual Pedro de los Reyes ( ·i· 1628), celebrado por Lope de Vega en el Laurel de Apolo por su tan conocida glosa que termina: ((Loco debo de ser, pues no soy santo)); los comediógrafos Diego de Salazar y l\Iiguel de Mo-