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234, MANUAL DE HISTORIA FRANCISCANA -----------~ --- -~---~----- ... dre Francisco Alvarez de Villanova, y entonces por fin dió fru– tos consoladores aquella misión del lTcayali fertilizada con tantos heroísmos. El misionero que miis trabajó en esta última fase fué l"l P. Plaza, buen conocedor de las lenguas de las diferentes tri– bus, con las que convivió por espacio de cincuenta años; murió siendo obispo de Cuenca en 1858. Casi al mismo tiempo que la del Perú comenzó la evangeliza– ción del Ecuador. En 1533 el mismo Marcos de Niza acompañó al conquistador Belalcázar; ocupada la capital, Quito, los religio– sos enviados desde Méjico fundaron el primer convento y se hicie– ron beneméritos de aquel primer impulso apostólico y civiliza– dor los flamencos Jodoco Ri jcke y Pedro Gosseal. El primero se afanó hasta 1564, por proporcionar a los indios, juntamente eon los rudimentos de la doctrina cristiana, las primeras letras, la música, las artes mecánicas, la agricultura, todo cuanto se re– quería para facilitarles una vida autónoma, sin tener que depen– der de los encomenderos. En 1565 era erigida la provincia fras– ciscana del Ecuador, que para 1586 contaba 11 conventos y 130 religiosos. Todavía en el siglo XVIII pasaban de veinte los pueblos de indios atendidos por la provincia. Desde el Perú pasaron a Chile los franciscanos en 1533, por orden ele Felipe II y a petición ele Valclivia. En la expedición figuraban Martín ele Robleda y Cristóbal ele Ravanera que, con Antonio ele San Miguel, tomaron con decisión su oficio ele defen– derse ele los indios araucanos, que tantas ruinas habían ele ocasio– nar a las misiones. En 1565 podía ya constituirse una nueva pro– vincia independiente, que nunca llegó a contar miis ele un cente– nar ele religosos. La rebelión estallada en 1598 y continuada por mucho tiempo costó la vida al provincial Juan de Tohar y a otros muchos misioneros. A principios del siglo XVIII los franciscanos dejaron a los jesuítas las misiones situadas al sur del río Bio-Bio y cultivaron sólo la parte septentrional. Pero al constituirse en lí56 el colegio ele misioneros ele Chillán se tomó la misión de los indios pehuenches en el sur. Después los franciscanos sustituye– ron a los jesuítas expulsados en las misiones sostenidas por éstos. Los dos más insignes misioneros ele esta región fueron los Pa-

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