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CAP. IX.-:\USIONES E:'íTRE INFIELES 229 <lió primero hacia las regiones más pobladas próximas a Méjico. En 1525 avanzó hacia Michoacán y Jalisco; poco después hacia Yucatán, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Los misioneros más insignes ele este primer empuje fueron. además de los ya mencio– nados, fray Martín de b Coruña, que llevó la a Michoacún; lus dos grandes lin¡üiistas Jacoho Dacimw. danés. y l\faturino Gilherti. francés; Jncobo de Testera. primer apóstol de Yucatán; el eximio filólogo y ctnúgrafo Benwrdino de Saln– gún; el activísimo Jerónimo de al que tanto debe la misionología y la historia; el más eminente de todos Juan de Zu– márraga \ -¡- 15-181. primer obispo y de la Iglesia me– jicana, gran defensor de los indios. introductor de la imprenta en el Nuevo Mundo, promotor incansable de los colegios indígenas de ambos sexos. Contemporáneamente a la incorporación a la Iglesi:1 de las tierras más civilizadas, emprendíasc la expansión hacia el Norte. En 1527. cinco franciscanos acompañaron a Pánfilo de Narváez en su fracasada expedición a la Florida, que costó la vida a fray Juan Suárez. designado obispo de la planeada misión. Mayor re– sultado tuvo la expedición de 1565, en que figuraban once fran– ciscanos. En 1597 varios misioneros perdieron la vida a manos de los indios. y por fin la misión prosperó grandemente en el siglo XVII, formándose la provincia de Santa Elena, con dieci– ocho conventos en la Florida y Cuba. En 1634,, los misioneros administraban 44 estaciones con 30.000 indios cristianos. La mi– sión de la Florida hubo de sufrir grandemente con las incursio– nes de los ingleses y terminó tristemente su existencia al ser ce– dido el territorio a éstos en 1763. Mayor dependencia de la provincia madre tuvo el avance in– terior, comenzando por la región de Zacatecas, donde se fundó una nueva provincia misionera, cuya labor tuvo por blanco prin– cipal a los indios chichimecas, perdidos en los montes, apostola– do sumamente trabajoso y lleno ele heroísmos. No menos azarosa fué la evangelización del Nuevo Reino de León a partir de 1602. Continuando hacia el Norte, penetraron los franciscanos en So-

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