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CAP. IX.--i\HSIO:--iES El\TRE INFIELES 223 cumbían víctimas de la peste, en el camino, los demás compo– nentes de la misma expedición que mandaba el prefecto apostó– lico Juan de Aquila; sólo el lego Luis de Benevento pudo volver a Europa a dar noticia del desastre. Francisco de Salem, encar– gado de llevar a cabo la empresa desde el Alto Egipto, sucumbió también en 1701. Hubo un momento en que pareció iba a dar sus frutos tanta inmolación; en 1702 el P. José de Jerusalén era recibido con toda pompa por el rey J yasu, tras de lo cual, tanto éste como el abad de los monjes de San Antonio firmaban una profesión de fo romana. El afortunado misionero la llevó a Roma. acompañado de ocho jóvenes ahisinios destinados a ser los após– toles de su patria. La embajada con que el Papa respondió al acta de sumisión no pudo llegar a su destino hasta varios años más tarde. cuando ya no tenía razón de ser la maniobra política que inspiró la conducta anterior. En 1717 eran apedreados los Padres Lilierato \Veiss. Samuel de Biumo y Miguel de Zerho. Nue– vos intentos inútiles se realizaron en 1723 y 1752. En 1733 un alumno abisinio, de los que hahían hecho sus estudios en Roma, fué consagrado ohispo y enviado a su patria; pero en 1797 tuvo que huscar asilo en Egipto. LA CUSTODIA DE TIERRA SANTA. Al apoderarse los turcos de Jerusalén en 1517. todos los mi– sioneros fueron encarcelados y el Cenáculo convertido en mez– quita; libres al eaho de dos años, se hallaron con el personal muy mermado v sin recursos. En 1537 fueron otra vez encarcelados y nueve de ellos murieron en la prisión. que se prolongó por espa– cio de tres años. La situación no podía ser más desoladora. En 15-1.l eran asesinados todos los religiosos de Nazaret; en 1.571 los de Chipre. Así continuaron los atropellos. con mayor o menor intensidad según mejoraban o empoeraban las relaciones de Tur– quía con las potencias occidentales. La última matanza fué la de los mártires de Damasco en 1360. Las treguas de paz se compraban a peso de oro; la mayor parte del dinero recaudado en las nacio- 11cs católicas iba a parar a manos de los guardias o de las auto-