BCCCAP000000000000000000000208

CAP. II.-ESTADILIDAD Y DECADE2'1CIA 183 Piamonte y Saboya, en 1803 a las de una buena parte de Alema– nia. en 1809 se daba el decreto de supresión en España y en Nápoles, en 1810 la secularización alcanzaba a toda Italia. Con la restauración traída por el Congreso de Viena pudieron reorganizarse en parte las maltrechas provincias de Italia y Es– paña. pero nada pudo hacerse en Francia. El asunto de la bula Inter gravíores creaba, entre tanto, notables tropiezos en el go– bierno de la Orden. LAS EXCLAUSTRACIONES LIBERALES (1830-1897). Pasado el huracán de la Revolución francesa, las comunida– des quedaron mermadas, los conventos ruinosos, las casas de for– mación desorganizadas. Por otro lado escaseaban las vocaciones. Había un peligro semejante al de los años que siguieron a la peste negra, ya que los bienes y rentas de las Ordenes religiosas permanecían generalmente íntegros. Entonces la Providencia divi– na permitió se cebaran en ellas las revoluciones liberales. De esta última prueba saldrían los institutos religiosos saludablemente, aun– que por fuerzh, reconciliados con la pobreza profesada; las voca– ciones volverían a revestir su carácter sobrenatural y heroico. A los hijos de San Francisco, sobre todo, los impulsaría la misma necesi– dad a una vida más desprendida y a un contacto más real con el pueblo, el pueblo ele la nueva sociedad. que ya no es el ele los bur– g1:c~es y artesanos de los orígenes de la Orden, sino el de las ma– sas proletarias, víctima de la industrialización capitalista. España, que ya en la ele las Cortes de Cádiz bahía visto el primer atropello liberal contra las Ordenes religiosas, fué ahora la que dió el ejemplo. En 1834, ocurría la matanza ele frailes, se– guida en 1335 de la desamortización y supresión general de todos los conventos. La ruina era total, y se prolongaría por espacio de varios decenios; solamente alguna que otra comunidad, medio clan– destina, podía subsistir. En 1862 no quedaban m:ís que 230 obser– vantes. Gregorio XVI había puesto al frente de estos restos en 1838 a un comisario apostólico. en el mismo régimen de independencia