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CAP. !.-NUEVAS REFORMAS 173 ---- --------~------ ~- En Flandes existía la recolección. sin duda procedente de Es– paña. desde los comienzos del siglo XVI. En 1603 lograron los reformados acogerse a las exenciones de los recoletos de Francia y en 1629, tras un período de luchas y varias vicisitudes, quedó con:c:tituída la provincia recoleta de San José. Las provincias alemanas de la familia ultramontana se con• <lujeron en la adopción de la vida reform'lda con la seriedad y orden que sus hermanas cismontanas. En ellas exis_tían también desde antiguo las casas de retiro. sujetas totalmente a los minis– tro!" provinciales. La provincia de Colonia extendió en 1621 a todos los c011Yenlo~ el estilo de vida de los retiros y en 16°1,6 se incorporó a la rama de l•Js re2oletos; en 1670 siguió su ejemplo la de Germania Inferior y en 1682 todas las provincias alemanas y flamencas eran rer·oletas. En 1729 Benedicto XIII creyó llegada la hora de hacer volver a la uniformidad las provincias germano– helgas. haciéndoles renunciar a la forma del hábito y a su deno– minaciún de recolet11s; pero fué tal la resistencia. que Clemen– te Xll tuvo que declarar abolido en 1731 el decreto de su ante– cesor. Las provincim; recoletas alcanzaron en sl siglo XVIII la cifra d,~ 2.'i con ] l.000 miemhros. * * * Cnmprendemo~ qne a historiadnre~ como el P. Holzapfol, de corle germánico. todo cordura y espíritu rle disciplina. haya de cau,c;·ir repulsión el hrote inconlenihlP de las rdormas francis– canas en el X\!. Y reconocemos q,;e hay en ello algo. y aun mm·ho. de la movilidad y del individualismo de las naciones la– tina~. !lcconocemos lamhiPn que tuviera no pequeña parte la in– t·ons1::ncia de unos y la .1mhición de otrqs. Pero es preciso ahon• dc1r e la t'illraiia misma del francisc,rnisrno 11ara valorar el fin pcr~,·;.:nido en los movimientos de reforma y ... el modo. El P. Hol- no cae l~n la cuenta de que el , modo,, es idéntico en todas la,- reformas que vienen de ahajo arriba: una primera insubor• <linaeión de buena fe y un recurso contra los superiores inmediatos, alerzando el principio de que cuando un fraile menor no puede

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