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CU'. J.--\U•:\AS REFOH:\L\::, 171 nerales. La autoridad del ministro general Pra sólo nominal. En 1624, Urbano VH I ensayó una fórmula <le concordia. qui– tando a los reformados los vicarios generales y los visit'.ldores, pero ordenando que los novicios <le cada provincia fuesen educa– dos en sus conventos y que los ministros provinciales se eligieran, en lo posible. de entre ello;,,, Los observantes no quisieron pasar por esta primacía espiritual y jerárquica de los reformados, y en 1628 fueron restituídos los novicios a la Observancia. Eran los años en que el milanés Antonio de Galbiato, llegado a Baviera en 1620, llevaba adelante la reforma de las provincias <le Europa central, con un procedimiento destinado a dar la solu– ción definitiva al asunto de las relaciones con la Observancia. Las provincias pasaban íntegras al nuevo género de vida y conserva– ban sus propias denominaciones. Así lo hizo b de Baviera en 1625, la del Tiro! en 1628, la de Austria en 1632, y lo harían la de Bohemia en 1660 y la de Croacia en 1688. Por el contrario en Polonia se observó el modo italiano. formándose primero. por ohra de Diego de Bolonia. dos custodias. En 1639, en virtud de una bula de l'rbano VIII. tanto estas dos custodias como las de Italia fueron transformadas en provin– cias, con la misma denominación que las respectiv::Js observantes, añadiendo el adjetivo de «reformada,,. Además. en adelante el procurador general de los reformados sería nomhrado por el cardenal protector; el ministro general gozaría de jurisdicción plena, pero con arreglo a lus estatutos particulares; a él corres– pondería el nombramiento de vicario general. c¡uc tendría que ser de los reformados. En 164,2 hízose una nueva reYisión de los esta– tutos. Y con esto puede decirse que b familia de los reformados .c,ismontanos tomó su postura definitiva. En el siglo XVIII llegarían .a contar 37 provincias con 19.000 religiosos. No todo fueron luchas y escándalos en la historia de esta se– oesión. También en ella, si no con la brillantez y abundancia que en los descalzos, hallamos páginas gloriosas y figuras de santidad. A los reformados de la prjmera época pertenece, en algún sentido, el hermano lego San Benito el Moro ( t 1589) y a la época de estabilidad San Pacífico de San Severino ( t 1721).
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