BCCCAP000000000000000000000208
170 MA:\l'AL DE HISTORL\ FRA'\CISCANA personalidad y el deseo de m2yor independencia. En 1579, si– guiendo el ejemplo de los descalzos españoles, obtenían de Gre– gario XIII un hreve que los sustraía a la obediencia de sus suspe– riores inmediatos y les hacía depender solamente del ministro general; además. en virtud de este decreto, los religiosos r¡ue una vez se hubieran alistado entre los reformo.dos no podían ya volver a los observantes, mientras que el custodio de los reformados podía recibir a cuantos observantes lo pidieran, sin contar para nada con los superiores de la provincia; podían celebrar sus capítulos custodiales, regirse por estatutos propios, gozar de voto en los capítulos provinciales y exigir la entrega de los conventos de la provincia que les hicieran falta. A estos y otros artículos que los colocaban en situación enormemente privilegiada, se unía la auto– rización pontificia para vestir hábitos pobres y despreciables, re– mendados de sacos y de otros retazos, y para acortar el manto. Como era de prever, semejante decisión pontificia alarmó a los superiores de la Observancia. El general Francisco de Gon– zaga no dejó piedra por mover para lograr la suspensión del breve, y lo consiguió el. mismo año. Mandó a los superiores que trataran con consideración a los reformados y en 1582 volvió a publicar para ellos los estatutos de Francisco de Quiñones. En el decenio siguiente se procuró quitarles todo pretexto de escisión. En 1595 fueron publicadas unas constituciones especiales para ellos. Pero era ya tarde. En 1596 Clemente VIII ponía en vigor el breve <le Gregorio XIJL concediendo además a los reformados un prol'.urador propio y visitadores independientes. De nada sirvieron esta vez los esfuerzos del general, Buenaventura de Caltagirone, por salvar la unidad. ya reclamando jurídicamente contra la deci– sión del Papa. ya ofreciendo nuevas concesiones, incluso la for– mación de provincias reformadas autónomas. Tampoco aprovechó la campaña escrita desatada contra la nueva rama que se desga– jaba ni los intentos de mutua inteligencia realizados en el capítulo general de 1600. Gregorio XV pasó más adelante; además del procurador gene– ral y de los visitadores, otorgó a los reformados vicario general propio, con su definitorio, y poder para celebrar capítulos ge-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz