BCCCAP000000000000000000000208

160 MA;lit.;AL DE HISTORIA FH,\i'íCISCA;liA Tales cambios 110 podían menos de acarrear la indis,:iplina y el desprestigio de la ley y de la autoridad. Con frecuencia las provincias buscaban la estabilidad dándose estatutos particularr:s. que dañaban aún má:s la unión de la Orden. Así en 153'.3 la pro– vincia de Francia ..1doptú las constituciones de Martín v. Pll tsin las provincias francesas y belgas redactaron leyes propias. que fueron refondidas en 1621 y en 1633. Pero e] c!emento kmruw que -mús hizo peligrar la unidad jerárquica fué sin duda c'l ritu nacional, fomentado muchas veces por los mismos µ;ohiernr,~ en provecho de su respeé:tiva política. Todas las fasps de h l•1- cha por la hegemonía euru11ea entre Es¡nña y Francia tienen su repercusión en los capítulos generales y en el régimen interno. El Jlartido español. más poderoso por la conciencia de la pre1wn– clerancia política y. sobre todo. por la enorme ,;uperioridad numP– rica. triunfaba siempre. A fines del siglo XY!l eran 41, hs pro– vincias hispánicas con Yoto en C'l capítulo ultramontano contra 22 de otras nacione;;. ,;;in contar las 20 de los descalzos v b~ 2~1. cismontanas de los dominios cspaííolcs de Italia. Los reyes intervenían en los capítulos franciscanos, nwdianlc intrig-as e in:– posiciones, c:isi con igual afáu que en los conclaves para !u elección pontificia. En 1633 España paso el veto al candidai(1 Antonio Galhiato y en 16:19 cerrú las frnnlprns al español J urn 1\forinero. clC'gido general contra la volun!rid del r<'y. al mismc tiempo (JUe eran <lc,tNrndos todos los súbditos de ésle que !,, liahian dado el yolo. Francia. por s:1 parte, buscaba el desquite en fa abstención; en l ó:l9 Luis Xf H prohihiú a lo:, vocnlcs fran– ceses asi"'tir al general: lo hizo Lui;; XIV en 1676 por motivo de la lucha galicana. T¿1lcs recelos abocaron la Orden en diversas o::asiones al cisma nacional. DPsdc l .Sl í el ministro general debía ser elegido altrr– nativamente cada sexenio de las dos fomilias. cismontana v ultra– montana; cuando a una de clhs correspondía ministro general. la otra era gobernada por un comisario general. De hecho la al– ternativa en el generalato quedaría repcutida muy pronto entre los italianos y españoles (en los siglos XVI, XVII y XVIII hubo 26 generales italianos. la mayoría súbditos del Rey Católico.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz