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14, MA:'.UAL DE HISTORIA FHANCISCANA res franciscanos, Lucas Wadding, que comenzó a publicar sus Annales ll!finorurn en 1625. llevándolos hasta el año L:i4'0: tuvo continuadores de menores vuelos. y en nuestros días se ha reanu– dado la prosecución de esla ohm monumental. Este siglo es ,le gran producción histórica; destacan los nombres de Sedulius (16131. Royos (1652). Lequille í1661.1. De Gubernatis (1682-851. Cornejo, González y Torrubia (1682-931, etc. La producción histórica continúa bastante fecunda en el si– glo XVIII, que se caracteriza, sobre todo. por la publicación de importantes bularios. Escriben ohras de síntesis Angel de Vicen– za, Pedro Antonio de Venecia. Kresslinger, Van dcr Haute. Fran– cisco Antonio Benoffi y otros. En el siglo XIX nos hallamos con dos historias de carácter general: la de Palomés y la de Púnfilo de :i\Iagliano; pero este siglo, tan trabajado de atropellos liberales, termina su último ter– cio con un poderoso impulso de los estudios históricos con carác– ter crítico y de seria investigación, y aparecen los grandes fran° ciscanistas modernos. A despertar el interés por los estudios franciscanos contribuyó grandemente, al calor del romanticismo, la publicación de fuen– tes inéditas, tales como la Leyenda segunda, de Tomás de Celano. en 1806; las crónicas de Salimbene y de Eccleston, en 1857-58; la de Jordán de Giano, en 1870; la Leyenda ele los Tres Compa– ñeros, en 1880; las Tribulaciones, de Clareno, etc. Asimismo hicie– ron un gran servicio a los estudios franciscanos trabajos como el Répertoire ele sources historique, de U. Chevalier i 188í-96); los del P. Ehrle, Burkhardt, Voigt, Gebhardt y Thode. Viene luego Sahatier / protestante, como gran parte de los franciscanistas del siglo XIX) con su Vie de St. Fran<;ois 11891,) y con sus múltiples estudios de crítica y de investigación. Se le ha llamado, y con razón. el ((padre de los estudios franciscanosn. Obra suya fué la creación en 1902 de la Sociedad Internacional de Estudios Franciscanos, en Asís, dirigida en la actualidad por Arnaldo Fortini. El movimiento historiográfico dentro de la familia francis– cana se desarrolla en los últimos años del siglo XIX y, sobre todo,