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154, MANUAL DE HISTOIHA FHA'.'iCISCA:1/A ninguno aventaja en pasión e inspiración a Jacopone de Tocli (t 1306), autor del Stabat Mater y de 11 umerosas poesías en len– gua vulgar. Como compositores de secuencias y glorns en latín son dignos de mención Tomás de Celano, que compuso varias en honor de San Francisco y el Dies /rae. hoy nuevamente atri– buído a él por la crítica histórica; Julián de Spira I t 1250.1. autor del Si r¡uaeris miracula y de multiud de himnos y secuen– cias; Juan Peckam, autor del Ave. I'Írens Hostia. Poetas y mú,-i– <:os al mismo tiemJJO fueron en el siglo XIII Enrique de Pisa y Vita de Luca. Entre los precursores de Dante merece figurnr Giacornino de Verona, autor de dos poemas rimados sobre el in– fierno y el paraíso. El autor de la Diána Comedia no es deudor a la inspiración franciscana, pero el franciscano ocupa en su epo– peya un puesto destacado. Un franciscano. Acursio Bonfantiní. fué el primer comentador de Dante. y otro franciscano, Juan de Saravalle, tradujo la Divina Comedia al latín. Fuera de Italia culitvaron el verso en lengua vulgar los ingleses Tomás de Hales y Miguel Fitz Bernard. los alemanes Lamprecht de Ratisbona y Enrique de Burgeis: lo:- flamencos Gerardo de Lienhout y Juan Brugman; el francés J u:m Tisserand. autor además de la prosa latina O filii'. et filiae. Un soplo de poesía recorre también la serie de escritos fran– ciscanos en prosa, desde Celauo hasta las Florecillas; y la inspi– ración franciscana aparece en producciones extrañas a la Orden. sohre todo en la France5r•/tirw. ele Giacomo ele Oddi. en el siglo X\. El gótico es el estilo de la arquitectura de los siglos XIII-XV; no es de invención franciscana, pero sí una evalución que obedece a un doble carácter del franciscanísmo: la sencillez. flor de la pobreza, y el gusto por las grandes síntesis mentales. El impulso hacia esta evolución lo había dado va la reforma cisterciense reaccionando contra la fastuosidad de Cluny; los estatutos de Narbona tomaron corno modelo las construcciones de los mo!l– jes blancos como más apropiadas al espíritu de pobreza. Lo de– más, es decir, el vuelo atrevido de la línea arquitectónica, la gra– cia de la ojiva, el ornato enciclopédico en que se dan cita los misterios del mundo de la gracia con las escenas de la vida hu-