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CAPITULO XIlI INFLUJO FRANCISCANO EN EL ARTE Hay historiadores que atribuyen al franciscanismo mento casi exclusivo en la creación del arte gótico y en los orígenes del rena– cimiento italiano. De hecho deben tenerse en cuenta otros mu– chos factores en esta evolución. pero no puede negarse que el espíritu franciscano, al encarnar toda la gama de las nuevas aspi– raciones sociales y religiosas. al introducir sobre todo una nueva visión de la vida, contribuyó grandemente a crear nuevos modos de expresión estética y nuevas rutas hacia el bello ideal. Sin rene– gar del idealismo medieval ni de la inspiración cristiana, el arte franciscano avanza hacia el subjetivismo. sin dejar de creer, y hacia el naturalismo, sin dejar de adorar; y cuando la tendencia pa– ganizante del siglo xv haga del renacimiento un arma contra la fe y la piedad del pueblo cristiano serán los predicadores y hu– manistas franciscanos. como Antonio Rho y Alberto de Sarteano. los más aguerridos deheladores del nuevo peligro. Donde más directamente aparece el influjo franciscano es en la renovación literaria. San Francisco, poeta eximio en el Cán– tico del Hermano Sol y en todas las manifestaciones de su vida, dejó en herencia a sus hijos, los ((juglares de Diosn, el amor ,l la naturaleza, la capacidad de interpretar el lenguaje del amor y del dolor en los corazones y en las cosas, y el secreto de con– vertir la lengua vulgar en vehículo de belleza. Con él se abre la historia de la literatura italiana. Entre los poetas franciscanos
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