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·124, !\!ANUAL DE HISTORIA FRANCISCANA mezclado en sus condiciones de vida, inclinado siempre hacia sus necesidades espirituales y temporales. El más importante recurso franciscano para influir benéfica– mente en la sociedad es la Orden Tercera; pero son además muy numerosos los medios directos de que echan mano los hijos de San Francisco en favor de todas las clases sociales. Característica de la época estudiada es la tendencia a formar gremios entre los artesanos de una misma profesión. tendencia impuesta por la ne– cesidad de unificar la producción y de hacer frente a los riesgos de la especulación y de la competencia; los frailes menores supie– ron dar a tales agrupaciones un carácter de hermandad cristiana. aun en la designación oficial. y una orientación espiritual que imprimió nueva fisonomía a la religiosidad popular; en adelante. junto al clero desfilarían las hermandades o cofradías con sus pendones y sus santos abogados. Apostolado social eran también las frecuentes intervenciones de los franciscanos como mediadores de paz entre los príncipes y sus vasallos, entre las diversas ciuda– des rivales o entre los bandos de una misma ciudad. Baste men– cionar las misiones de paz desempeñadas por varios de ellos en los años de la lucha del pontificado con Federico II, las de Jeró– nimo de Ascoli entre F;rnncia y Castilla bajo Juan XXI, las del cardenal Mateo de Quasparte en Toscana bajo Bonifacio VIII. la de otro cardenal franciscano, Gentil de Montefiore, en Hungría en los primeros años del siglo XIV y las desempeñadas en Oriente por buen número de misioneros. Los predicadores no temían de– nunciar públicamente los desafueros cometidos contra el pueblo indefenso por los tiranos; así lo hicieron. por ejemplo, San An– tonio de Padua y Bertoldo de Ratisbona. Como iniciativas de caridad merecen destacarse, además de la limosna diaria que se acostumbraba dar a los pobres a la puerta de los conventos, el cuidado de los leprosos, tan del gusto de San Francisco, la asis– tencia a los apestados y las diversas instituciones benéficas, como asilos y hospitales, promovidos por el celo de los frailes menores y puestos generalmente bajo la dirección de los terciarios. Son dignos de mención en esta labor los nombres de Rainerio de Perusa (t c. 1260), fundador de varias cofradías benéficas y de
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