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10 i\fANl:AL DE HISTORIA FRANCISCANA sentada en primer plano por la Santa Sede para patrocinar y ser– vir de modelo al movimiento de más actualidad: la Acción Ca– tólica. El factor franciscano, como fuerza viva, sigue siendo den– tro ele la Iglesia el de más vastas proporciones. El Espíritu Santo ha vuelto a empujar a las almas en seguimiento de Povcrello. Lo demuestran elocuentemente los 43.000 rcligiosos que integran las tres ramas de la primera Orden. las 15.000 monjas ele la segun– da, los l.'iü.000 miembros, hombres y mujeres. de la tercera Or– den Regular. tanto de votos solemnes como de votos simples, y los dos millones y medio de terciarios seculares, que son las ci– fras arrojadas por las más recientes estc1dísticas. NOCIÓN Y DIVISIÓN DE LA HISTORIA fRANCISCAI\/A. La Historia Franciscana, como la de todas las instituciones e ideas cl"istianas, no es sino una parte de la historia general de la Iglesia. Como tal, tendrá por objeto poner de relieve la importan– cia Ji el signijícado del jactar jranciscano en el desarrollo de la Iglesia ele Cristo hacia la consecución ele sus jines sobre la tierra. No deberíamos, pues, ceiíirnos solamente a la historia de la Orden ele los Frailes ivl enores. o primera Orden, ni contentarnos con dar a conocer el desenvolvimiento de la jamilia jranciscana, tomada en su conjunto de las tres Ordenes y de la multitud de congregaciones y asociaciones que al margen de aquéllas han bro– tado desde hac~ un siglo bajo la advocación del Patriarca de Asís, sino que habríamos de abarcar - tarea imposible todo aquello que en la historia de la Iglesia lleva el sello franciscano. De aquí que, más bien que dar la historia completa de cada uno de los institutos franciscanos, lo que rebasa el límite de un manual, prefiramos agrupar, en torno a los hechos más salientes, los aspectos de mayor interés de la vida franciscana en los siete largos siglos de su evolución. atendiendo más a, los hechos ideo-

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