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CAP. I:X.-LA ESPIRITUALIDAD FRANCISCANA ll5 es que varias de las rúbricas actuales aparecen por primera vez en los decretos litúrgicos de los capítulos generales de la Orden. eso sin tomar en cuenta las secuencias y fiestas nuevas que de los códices franciscanos pasaron al Misal romano común. También en la liturgia de la Misa la suntuosidad fué haciendo olvidar la sencillez franciscana, sobre todo en el uso del canto. Los observantes reaccionaron contra esta desviación y en sus dimi– nutas iglesias volvió a oírse el recitado llano de la salmodia y a gustarse el recogimiento silencioso de la Misa de comunidad. San Juan de Capistrano propuso, como concesión para llegar a la concordia entre conventuales y observantes, que se utilizara el canto en las Vísperas y en la Misa conventual diaria. En épocas de fervor la oración mental, en común o en pri– vado, llenaba el tiempo quitado a los oficios litúrgicos. De aquí la necesidad de sistematizar progresivamente esta actividad indi– vidual por medio de m{•todos que irían recibiendo el nombre gené– rico de ejercicios espirituales. El fenómeno no era exclusivo de las reformas franciscanas. sino que estaba muy en el ambiente de la espiritualidad del siglo XV. Un ejemplo nos lo ofrece el Exercitio spirituale del poeta y misionero Antonio de Atri. publi– cado en Venecia en 1514. De esta comunicación extralitúrgica con los misterios reve– lados y del contacto pastoral con el pueblo cristiano, al que decía ya muy poco el ciclo litúrgico. se originó un notable cambio en el calendario eclesiástico al pasar a la categoría de solemnidades muclrns de las formas de devoción que se fueron abriendo paso hajo la influencia franciscana. Cada decisión capitular de los frailes menores en este punto dejaha huella inmediata en el año eclesiástico. En 1260 insertóse en el calendario franciscano la fiesta de la Santísima Trinidad. que venía ya celebrándose en algunas re– giones; en 1334 Juan XXII la extendía a toda la Iglesia. Mayor difusión alcanzaron por obra de los hijos de San Francisco las fiestas y devociones relacionadas con la vida de Jesucristo. La representación plástica del Nacimiento existía ya con anteriorí– dad, pero los franciscanos le dieron gran impulso. amaestrados

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