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INTRODUCCION Obra en el cuerpo de la Iglesia un conjunto de instituciones, influjos y formas de vida que hoy ha quedado condensado en un término feliz: el franciscanismo. Como concepto específico ha tenido ya su más alta expresión filosófica y sintética en la 111- mortal obra del P. Agustín Gernelli. "Después del cristianismo había dicho Renan-. el movi- miento franciscano es la mayor obra popular que recuerda la His– toria.n El autor de este testimonio y su discípulo Sabatier fue– ron, en el campo intelectual, los iniciadores del moderno entu– siasmo por todo lo franciscano. De él han participado literatos, artistas, historiadores y hasta políticos y demagogos, sin excluir a los corifeos del marxismo, y han formado lo que Masseron lla– mó ((Cuarta OrdenJJ: la de los franciscanistas. Este entusiasmo, con todo, lo mismo que el de un amplio sector del mundo pia– doso, no siempre arranca del verdadero manantial franciscano, m termina en la meta auténtica de los ideales seráficos. Se da en el siglo xx cierto modernismo franciscano, corno anteriormente se había dado cierto franciscanismo racionalista. Pero junto a la simpatía de los extraños, que tuvo ya quizá su época ele mayor fervor, crece el empeño. tanto menos efusivo cuanto más real, de aquellos para quienes franciscanismo impor– ta ante todo imitación de San Francisco y asimilación del espí– ritu franciscano. Y esto es posible en el siglo XX como lo fué en el XIII. Algo significa el hecho de que la figura de San Francisco nos sea pre-